Experimento 3. Todo lo que no quería

Es curioso mirar hacia atrás y descubrir como fallamos a ciertos pronósticos que hacemos en momentos determinados creyendo que estamos terminados o que nuestro pensamiento quedará estático frente a posturas, creencias, pensamientos, corrientes y hasta miedos. A propósito de todo esto, es popular en mi familia traer el recuerdo de cuando pequeña que repetía con frecuencia, cada que alguien me veía algún parecido con alguien de mi familia, yo decía, “yo no me parezco a nadie”. Más adelante en el tiempo, cuando empezaba a salir con chicos, repetía constantemente, “yo no quiero tener novio”, luego mientras pasaban los años decía “yo no me voy a casar” y después “yo no voy a tener hijos”. Hoy puedo decir que “TODO LO QUE NO QUERÍA” ocurrió. Felizmente ocurrió. Me parezco a todo el que me ha marcado en mi vida, sobretodo a mis padres, mi esposo y mis hijos. Sí, parece tonto decir que me parezco a mis hijos y no al contrario pero la verdad es que me han enseñado lo mejor de ellos y lo he copiado.

Tuve novios cuantos quise y no tuve cuantos no quise, me casé con el que quise y lo haría cuantas veces pudiera hacerlo porque además me dio los hijos que quise, en cantidad, en calidad y en perfección. 

Por eso hoy que tengo “todo lo que no quería” lo quiero como si fuera desde siempre “todo lo que quería”.


Comentarios